Para mi blog

Me gusta mi blog. Porque:
-Cuido lo que escribo
-Utilizo el vocabulario más rico que me puedo permitir
-Desarrollo la historia de un modo muy directo
-Me gusta la cantidad de personajes que hay y como son
-Hay gente que lo sigue y deja comentarios, y eso los honrra.
Me gusta mi blog. Y nadie me va a hacer cambiar de opinión. (:
Leelo, si tienes tiempo, igual te gusta...

martes, 8 de diciembre de 2009

Él, una persona inolvidable

Una camarera limpiaba copas con una velocidad asombrante. Era la única que parecía estar en el local, y era la única que podía haber visto algo ayer.
-Hola - le dije mientras tomaba asiento.
-¿Qué quieres? - me dijo brusca, y con acento - Ahora no servimos más que cafés y poleos.
-No quiero nada, es más, no lo necesito - intenté que dejase de limpiar las copas y me prestase atención, pero fue inútil - Venía a preguntar sobre sucesos.
-Explícate - me dijo ya con más coherencia y constancia.
-Con sucesos quiero decir acontecimientos, hechos... En fin, cosas que han sucedido ayer por la tarde en esta discoteca.
-¿Qué cosas?
-Por ejemplo, una fiesta de espuma, el día de la homosexualidad, un reto para ver quién bebe más deprisa los chupitos... Cosas por el estilo.
-Veamos... Ayer fue un día normal, sin ningún suceso extraordinario.
-Y, ¿por qué había tanta gente afuera de la discoteca y por qué las luces penetraban más de lo normal?
-Siempre hay gente fuera y, siempre ponemos las luces a tal potencia.
-Ah. En ese caso, te preguntaré de forma indirecta si ayer a las 6 de la tarde viste a un chico de más o menos mi estatura, con pelo castaño y ojos verdes.
-De esos había muchos. Es una discoteca, no un speed dating.
-Mmm... no te entiendo.
-Por eso. Hay de esos en los dos sitios, pero los de aquí, sólo buscan su primera vez. Los de allí, buscan su primer beso.
-¿Y?
-Por consecuencia, los de allí se irá antes, porque el rechazo es inmediato. Los de aquí, siempre tienen dos oportunidades.
-¿A qué te refieres con dos oportunidades?
-Niña, ¿hay que explicártelo todo? - dejo la copa que estaba secando sobre la barra algo enfurecida. Era bajita, pero tendría unos 30 años - Quiero decir, que la chica que se va allí, no vuelve, mientras que aquí, busca más guerra. Cuando con el otro no encuentra lo que quiere, se vuelve con el que estaba al principio.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Siendo camarera y fijándote, te enteras de todo.
-Bueno, y esto que me acabas de contar, ¿qué tiene que ver con la pregunta que yo te acabo de hacer?
-Si recuerdas bien, cuando tú me hiciste la pregunta, yo insinué que tú creías que esto era, en vez de una discoteca, un speed dating. No sabías lo que te quería decir, y te lo acabo de explicar todo.
-Es cierto.
-Bueno, ya que sabes esto, contestaré mejor a tu pregunta. Si tú lo que quieres saber es si vi a un chico ayer a las 6 de la tarde alto, con pelo castaño y ojos verdes, te diré que sí.
-¿Y entonces? ¿Por qué me has intentado confundir?
-Quería comprobar si realmente estabas interesada, y veo que sí, porque has aguantado sin rechistar. Bien, te lo contaré todo.
-Gracias.
-Ayer, cuando ya eran las 4 de la mañana y el local ya estaba cerrando, un chico que había estado pidiendo copas sin parar vino a pagar la cuenta y, de paso, a caerse muerto; ya se le veía cansado. En fin, me empezó a contar sus problemas. Me contó que el amaba a una chica, pero que esta tarde lo había echado todo a perder. Parece ser que una chica le había cautivado, de tal forma que a horas tan tempranas como son las 6 de la tarde ya estaba a sus pies. Se le veía muy arrepentido. Yo le dije que no se preocupase, que esa chica le perdonaría. Él dijo que con ella eso era complicado y se rió por lo bajo. Yo le dije que en ese caso, buscase la manera de que le perdonara; con flores, bombones... Lo típico. Él me confesó que había ido al hotel donde se hospedaban juntos y que ella había hecho las maletas y se había ido. Le ofrecí papel, tan somnoliento como estaba, y le dije que confesase en el todos sus pecados y que Dios le perdonaría tarde o temprano, y que le concedería el perdón de ella. Cedió. Tardó a lo mejor 30 hora, pero la escribió como pudo. Me la dio y me rogó que no la leyera y que no se la enseñase a nadie; a nadie salvo a t.. , perdón, a la chica. Pero yo debía asegurarme de que era ella. Ese fue su favor. Yo la cogí y dejé que se fuera. No me dijo su nombre, ni su profesión, ni tan siquiera el nombre de la chica. Sólo se despidió y salió, nada más.
-Es asombro.
-Así pienso yo.
-¿Dónde guardas la carta, por curiosidad?
-No puedo decírtelo.
-Ah.
-Eso sí, quiero que vengas aquí al amanecer. ¿De acuerdo?
-Hecho.
-Pues hasta luego...
-Izzie.
-Hasta luego, Izzie. Te esperaré.
-Adiós.
Me bajé de la silla. Cogí fuerzas y salí del local.
No quería pensar en lo que acaba de pasar. Debía esperar al amanecer. Eso es todo.
Andé todo lo que pude, pero las botas nuevas me hacían daño y había una distancia larga hasta la pensión. No tuve más remedio que pedir un taxi con los dólares que me quedaban.

Cuando llegué a la pensión, había dos forasteros en recepción (que era practicamente todo lo que no se refería a las habitaciones) , intentando pedir habitación. Aunque no estaba segura, porque entablaban una conversación en alemán.
Decidí ignorarlo.
Entré a mi habitación, que estaba justo como la había dejado. No tenía ni idea de lo que podía hacer. Eran las doce de la mañana, y faltaban dos horas para comer. Siento decirlo a última hora , lector, pero la pensión tenía un pequeño comedor que yo conté inconscientemente como habitación.
"¡Cómo pude haberlo olvidado!" pensé. "El ordenador, ¡claro!"
Me distraería un poco, y eso me venía bien.
Lo encendí. No tardó mucho más de lo que solía tardar.
Me conecté a mi cuenta de chat. Estaba conectada Erin. Antes de que pudiera cerrar la publicidad que solían poner cuando te conectabas, Erin abrió una conversación, que lector, voy a escribir textualmente pero sin faltas ortográficas.
-¿DONDE TE HAS METIDO? ¡TODAS ESTAMOS MUY PREOCUPADAS POR TI, INCLUÍDA TU MADRE! - comenzó escribiendo Erin, con seguramente, una cara de enfado que yo ya conocía a la perfección.
-Erin, cálmate - le escribí.
-¿CÓMO VOY A CALMARME?
-Es fácil, Erin. Además, pobre de tu bebé.
-Eres única, Izzie, única.
-Bueno, tu también.
-Por favor Izzie, no me digas que lo que has hecho tú no es de gente "única".
-¿Qué insinúas?
-Lo que insinúo, y sabes lo que es.
-Pues no, no lo sé. Explícamelo tú.
-Te vas sin avisar, con un chico que ni siqiuera mencionaste una vez - cuando vi en la pantalla lo de "chico", el corazón se apagó de repente y con sencillez, con un dolor que me impedía contestar a sus palabras - y, ¿todavía te preguntas por qué recalco lo de única?
-Erin, por favor... Yo no soy la que se acuesta con chicos que tan siquiera conoce.
-¿Por qué tienes que sacar ese tema ahora?
-Por que es la verdad, y no puedes huir de ella. Sólo afrontarla.
-Vete tú a saber lo que habrás estado haciendo con ese chico...
-Nada Erin. Es mi jefe.
-¿Tu jefe?
-Sí, él me ofreció trabajo como modelo hace unos días.
-¿Y no nos dijiste nada?
-¿Cómo iba a decir algo? Tú estabas fatal con el embarazo.
-Y estoy, Izzie. Sin embargo, me dices y me insistes en que no eres tú la que se acuesta con chicos que no conoce.
-¿Qué voy a hacer? Sabes que no estoy de acuerdo con el embarazo.
-Sin embargo al principio de la conversación has defendido al bebé.
No sabía que contestar a eso.
-Bueno, estamos hablando de otra cosa.
-Ya lo sé.
Yo sabía que si estuviese hablando con Erin en ese mismo instante ella no me hubiese contestado eso.
-En fin, Erin, ¿qué me quieres decir con todo esto?
-No te quiero decir, te quiero rogar que vuelvas a Broken Hills con la gente que conoces, y que te alejes de ese chico que sólo te está trayendo problemas.
-No me trae problemas, la decisión fue mía de principio a fin.
"¡Estúpida, no le defiendas!"
-¿Estás arrepentida o son mis alucinaciones? - qué bien me conocía.
-Tus alucinaciones.
-No te intentaré convencer de lo contrario.
-Me vale.
-¿Piensas volver algún día?
-Claro.
-Es una buena noticia.
-Me alegro de que te parezca buena y no mala.
-¿Por qué me iba a parecer mala?
-No lo sé, dímelo tú.
-¡Cómo eres a veces!
-Puede.
-Espero que llegues antes de que le tenga que comprar a mi hijo su primer cochecito.
-No lo dudes, porque no te vas a librar de mi para ayudarte a elegirlo.
-Esperemos.
-¿Cómo se tomó tu madre lo del embarazo, ahora que caigo?
-Al principio mal, pero luego estuvo de mi parte en la razón que te conté.
-Lógico.
-Pues claro, jaja.
-:)
-Bueno Izzie me tengo que ir. ¿Te conectas hoy a las 11 de la noche?
-No, hoy no puedo.
-Bueno, en ese caso mañana.
-Vale.
-Bien. Hasta mañana.
-Hasta mañana.
-Te quiero mucho, Izzie, ¡vuelve pronto!
-Yo también. Besos.
-Ciao.
Se desconectó.
Con todo esto ya había pasado una hora y media. Decidí ir a comer, pues tenía hambre. Apagué el ordenador y me levanté con pinchazos en las piernas por haberlas sometido a tanta presión mientras hablaba.
"Ojalá pueda volver pronto, ojalá".

2 comentarios:

  1. ¡Hola Cari!
    Que me gusta mucho tu blog.
    Tiene una historia interesante...y unos personajes...interesantes también, jaja!
    Que te apoyo a que sigas escribiendo como ahora, que está muy iien de verdd
    bueno, hasta luego jaja

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  2. Encontre tu blog y me lo lei de golpe, estan muy buenas tus historias sigue asi.

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